Por El Betabel
CDMX.- El pasado jueves 15 de marzo, los escuchas del programa de radio “Dispara, Margot, Dispara”, navegaron por territorio desconocido pues el conductor titular de la emisión olvidó decir cuál de sus comentarios constituía una broma y cuál no.
“La corrección política y escaso grosor de piel de muchas personas habían obligado a Zurita a aclarar, casi después de hacer cualquier comentario, si lo que había dicho era o no una broma”, indicó Sonia Ballesteros, seguidora del programa.
“Pero el jueves no hubo ninguna aclaración”, agregó confundida.
“Por ejemplo”, explicó Helena Mejía, “Sergio puede decir ‘Si sacrificando a un ser humano en su honor, Bob Dylan ganara un año más de vida, deberíamos empezar con los reggaetoneros’, pero inmediatamente lanzaría una aclaración, tipo: ‘Es broma. Los sacrificios humanos no servirían para alargar la vida de Bob Dylan. Es broma. No salgan a matar reggaetoneros en su nombre. Es broma’ para que así, todos entendamos que fue broma”.
El año pasado, Zurita, actor y conductor, fue objeto de una petición en la página change.org que demandaba la salida del aire del también dramaturgo por supuestamente haber promovido la violencia contra las mujeres en un comentario realizado en la emisión del 7 de septiembre del 2017.
Más de 26 mil personas firmaron la petición en change.org, plataforma que incluye importantes demandas como la de que el tuitero @Vampipe se arregle el hocico, que en los viernes de cuaresma se puedan comer tacos de carne y que las papas Sabritas incluyan tazos de filósofos.
“Quizá a Sergio se le fue la onda y pensó que estaba en un país más civilizado, como Inglaterra, en donde los mensajes de los humoristas no tienen por qué ir acompañados de una advertencia o justificación”, indicó Miguel Sanabria, otro radioescucha.
Los seguidores de “Dispara, Margot, Dispara” entrevistados para la realización de este artículo, confiaron en que Zurita pronto volverá a aclarar cuándo sus comentarios constituyen un chiste y cuándo no, a fin de evitar que sus detractores libren penosas y estériles batallas en las redes sociales.