Evita flojera un suicidio

CDMX.- A principios de la semana pasada Juan Pablo Juárez Villavicencio, de 26 años de edad, fue despedido de su trabajo y, cuando se dirigió a casa de su novia para buscar consuelo, descubrió que ésta lo engañaba con su mejor amigo.

En vez de encarar a la infiel, Juan Pablo optó por irse a casa… derrotado.

Al abrir la puerta, no escuchó los tradicionales gritos de Lorenzo, su perico, y al entrar a la cocina, descubrió la razón: había muerto.

El domingo pasado, con lágrimas en los ojos y harto de la mala racha que enfrentaba, el joven encendió su computadora para buscar en internet  las formas más efectivas para cometer suicidio.

Después de 40 minutos de espera, pues la máquina inició una actualización de Windows, Juan Pablo encontró el método más adecuado, la llamada “Muerte por Helio”.

“En casa no tengo armas, ni pastillas para dormir, no hay venenos, lanzarme por la ventana a lo mucho me dejaría tarado porque mi casa es de dos pisos, aventarme de un puente no es opción porque puedo caerle a otra persona, así es que creo que morir solo en mi cama sería lo más indicado”, señaló el suicida.

“Encontré un método para suicidarse usando gas helio… armas una bolsa, te conectas y supuestamente pierdes la vida sin dolor”, agregó.

“¿Y dónde conseguiría el helio?”, se le preguntó.

“Primero busqué en la Sección Amarilla, pero no me sirvió de mucho porque el tomo que tengo es el que va de la letra R a la Z, así es que entré a Mercado Libre y encontré a un vendedor que ofrecía un tanque de helio chiquito, de 890 pesos, y uno más grande de 4 mil 400.

“Elegí el grande porque imagino que debe ser muy incómodo despertar para darte cuenta de que, por codo, se te acabó el gas antes de perder la vida así es que intenté comprarlo, pero me tenía que registrar en el sitio, lo hice y luego me pidieron una forma de pago, la puse y luego el vendedor me dijo que lo enviaría y me llegaría hasta la semana entrante.

“Le expliqué que me urgía y me dijo que si lo necesitaba de inmediato podría ir por él, pero el tipo vive en Naucalpan y yo en Villa Coapa, así es que le dije que mejor lo iba a pensar y que luego lo contactaría”, indicó Juan Pablo.

“¿Y ya lo hizo?”, se le cuestionó.

“La verdad, no”, respondió, “me puse a ver el debate un rato, me acordé que Netflix había liberado otro capítulo de la serie de Luis Miguel, después me dormí y al despertar toda la idea de matarme me dio flojera”.

 

Por La Lechuga

Mata cáncer a fumador de cigarro electrónico

CDMX.- Hace dos años, Ernesto García Castillo tomó la decisión de dejar de fumar y buscó refugio en los cigarros electrónicos.

“Mi esposo no fumaba mucho, era lo que llaman un fumador social”, señaló Sandra, su viuda, “y como lo quería dejar pero decía que de vez en vez se le antojaba un cigarro, se compró uno electrónico”.

Convencido de su decisión, García Castillo se convirtió entonces en promotor del ‘vaping’ y daba generosos consejos a quienes le preguntaban cómo es que había logrado dejar el cigarro tradicional.

“Recuerdo que en las reuniones platicaba sobre ‘mods’, resistencias, líquidos y recomendaba a quienes querían seguir sus pasos, lugares y sitios de internet en donde se podían conseguir”, señaló Ubaldo Menchaca Juárez quien, durante todo el velorio, no dejó de abrazar a la viuda de su amigo.

Aunque al parecer todo iba bien, a finales del año pasado, durante un examen médico general, García Castillo recibió la noticia de que tenía cáncer.

“Fue devastador, porque Ernesto confiaba en que al haber dejado de fumar, las probabilidades de adquirir esa enfermedad iban a desaparecer, pero no fue así… no somos nada, no somos nada”, expresó Menchaca Juárez mientras acariciaba la espalda de Sandra.

“Melanoma maligno, eso fue lo que le dijo el doctor”, indicó la viuda que extrañamente se notaba muy cómoda en los brazos de Menchaca Juárez, “siempre le dije que no era sano ir tres veces a la semana a las camas de bronceado, pero nunca me hizo caso”.

Por La Berenjena

Valientemente, Barbara Bush se aferra a la muerte

Houston.- Los médicos que atendieron a Barbara Bush, ex Primera Dama de los Estados Unidos y esposa del ex presidente George H. W. Bush, confirmaron a los medios que la mujer de 92 años continúa aferrándose valientemente a la muerte mientras permanece sepultada en terrenos de la biblioteca y museo George H. Bush de la Universidad de Texas.

La madre del también ex presidente George W. Bush había batallado con problemas de salud durante los últimos años y fue declarada clínicamente muerta la noche del 17 de abril del presente año pues, en un inspirador despliegue de dignidad y coraje, decidió renunciar a toda clase de tratamiento médico, lo que le permitió permanecer en calidad de occisa.

“Es sorprendente lo que la voluntad humana puede lograr en momentos así”, señaló el Dr. William Abernathy III, médico familiar de los Bush, “uno pensaría en la inevitabilidad de ser capaces de mantener a alguien con vida, pero es claro que la ciencia médica tiene aún mucho que aprender de los deseos de una persona ante la perspectiva de la muerte”, añadió.

Abernathy confirmó que el hogar de la ex pareja presidencial contaba con los más sofisticados equipamientos para prevenir el deceso de un paciente, tales como defibriladores, pulmones artificiales, cámaras hiperbáricas y hasta inyecciones de adrenalina, sin embargo, recalcó, nada de ello puede hacer frente con eficacia a la negativa de tratamiento que Barbara Bush solicitara hace meses, misma que le ha permitido mantenerse muerta.

El médico concluyó la entrevista recordando que pacientes con padecimientos similares a los de la señora Bush a veces logran extender sus vidas tres o cuatro años más allá de los pronósticos más alentadores, pero que ella había optado por hacerle frente a dichos males con una lucha breve y finalmente ineficaz, quizá inspirada en la Operación Tormenta del Desierto que su hoy viudo encabezó durante la Guerra del Golfo de 1990.

“Resulta complicado ser un hombre de ciencia y no admitir que estamos presenciando algo que podría describirse como un milagro”, señaló el galeno, “pero supongo que hay misterios que mi profesión aún no logra develar”.

Los rumores recientes de que Barbara Bush seguía viva fueron negados por Lakwanda Johnson, supervisora de enfermeras, quien dijo que la información se generó cuando uno de los camilleros a cargo de la remoción del cuerpo no aseguró debidamente el brazo de la fallecida al transportarla a la agencia funeraria y éste se balanceaba cual péndulo al avanzar.

“Esa mujer siempre mostró determinación y temple”, mencionó Johnson con la voz
entrecortada por las lágrimas, “no había poder humano capaz de hacerle renunciar a la muerte”.

Por El Salsifí