CDMX.- Un emotivo episodio tuvo lugar ayer en el Colegio Simón Bolívar, ubicado en la calle de Galicia 8 de esta Ciudad, cuando Igor Menchaca Baños, un anciano de 78 años de edad, encontró el pupitre que había ocupado durante su infancia.
Esa mañana, Menchaca Baños acompañó a su nieto, Igor Menchaca Zepeda, a pedir informes en la escuela en donde pretenden inscribir al bisnieto, Igor Menchaca Menchaca.
Mientras esperaban al director, el anciano anunció que daría un recorrido por la escuela para ver qué tanto había cambiado.
“Siempre hace eso”, señaló su nieto, “uno le dice, aquí quédate y él agarra su camino… una vez le perdimos la vista en Perisur y a las dos horas, un policía nos llamó para decirnos que mi bisabuelo estaba ya en Plaza Satélite. ¿Cómo llego hasta allá?, lo desconozco”.
Mientras caminaba, Menchaca Baños comenzó a recordar su infancia, llegó a la puerta del salón en donde cursó el segundo año de primaria, la abrió y sin importarle la sorpresa causada a los niños ahí reunidos, comenzó a caminar entre ellos, como buscando algo.
“Le pregunté que si estaba bien”, señaló la maestra Ana Elia Martínez, “pero como no me contestó, disimuladamente le pedí a los niños que se alejaran de él porque he sabido de ancianos exhibicionistas”.
Menchaca Baños se detuvo al lado de un pupitre, lo observó con atención, pasó su arrugada mano sobre la gastada superficie del mueble escolar y comenzó a llorar de alegría al tiempo en que gritaba emocionado: “¡Lo encontré! ¡Es éste!”.
El director del plantel y el nieto del anciano llegaron rápidamente al lugar y le pidieron al anciano explicar el motivo del alboroto.
“¡Encontré mi pupitre!”, les gritó emocionado.
“Bisabuelo, prenda su aparato de sordera porque está gritando”, le dijo su nieto.
“Ah, sí”, respondió el anciano al encender su auxiliar auditivo.
“Les decía que encontré mi viejo pupitre…”, dijo ya en volumen adecuado, “lo supe porque yo mismo fui quien rayó este mensaje”.

Después de leer el mensaje que tanto había emocionado a su bisabuelo, Menchaca Zepeda pidió una disculpa a los presentes, tomó del brazo a su familiar y se retiró del lugar.
Se desconoce si después de lo ocurrido, Menchaca Zepeda continuará los trámites para inscribir a su hijo, Igor Menchaca Menchaca, en esa escuela.
Por La Lechuga