CDMX.- Gabriel Orozco, hoy en día el artista mexicano de mayor proyección internacional, develó en la galería de arte Kurimanzutto su más reciente obra, titulada “Deyección Nacional”.
“Se trata de una reflexión sobre los contrastes deteriorados del costumbrismo postmoderno”, señaló Orozco, “una crítica a los valores comunes de la cultura dominante”.
Para la elaboración de su más reciente obra, Orozco dedicó todo un día a comer tamales, tacos y tortas, todos ellos, dijo, ejes fundamentales de la dieta del mexicano promedio.
Una vez ingeridos, Orozco procesó los alimentos de manera natural durante 12 horas, al término de las cuales, se colocó en cuclillas y capturó el resultado en una caja dorada, que simboliza el color blanco visto a través de una lente amarilla, que contenía tiras de papel color verde, en una clara crítica del artista al pasto azul de Kentucky.
“Es una alegoría de los valores fronterizos de la individualidad hipersensorial”, señaló el artista mexicano, “una asimilación de los contrastes limítrofes de la experiencia colectiva”.

La obra ‘Deyección Nacional’ fue comprada por un coleccionista privado* quien pagó 850 mil dólares por ella.
Como es costumbre, el trabajo de Orozco fue alabado por sus colegas.
“En su trabajo, Orozco proyecta siempre algo de dolor, pero en ‘Deyección Nacional’ es aún más notable por la evidente carencia de fibra dietética, factor que ciertamente debió imprimir un mayor grado de dificultad al momento de la creación”, dijo Abraham Cruzvillegas, artista plástico invitado a la exposición.
“Claramente estamos ante un acercamiento a los espacios ultraperiféricos de la sociedad deshumanizadora”, agregó el también artista Gabriel Kuri.
Consultada al respecto, la crítica de arte Avelina Lésper indicó que ‘Deyección Nacional’ es una mierda.
*De sus facultades mentales
Por El Nabo